La cambiante receta del veneno en criaturas venenosas
Un investigador de la Universidad Hebrea de Jerusalem observó el Darwinismo en acción al descubrir que anémonas adaptan su veneno de acuerdo a su presa y a las condiciones del mar
Muchos animales usan veneno para protegerse de depredadores y para cazar. Algunos, como las medusas, tienen tentáculos, mientras otros, como las abejas y las serpientes, usan aguijones y colmillos para inyectar toxinas venenosas a su presa.
Por mucho tiempo los científicos han creído que el veneno de un animal es consistente. Sin embargo, a través de un estudio de anémonas marinas, el Dr. Yehu Moran del Alexander Silberman Institute of Life Science de la UHJ, descubrió que los animales cambian su veneno varias veces durante el curso de su vida, adaptando su potencia y su composición al cambiante ambiente y tipos de presa.
Hoy, en un estudio publicado en la revista eLife Science, Moran y su equipo describen sus hallazgos. Estudiaron la Nematostella, un pariente de la medusa, durante todo su ciclo de vida. La Nematostella es una anémona de mar perteneciente a la familia Cnidaria de medusas y corales. Éstos comienzan su vida como diminutas larvas y crecen hasta medir varios centímetros de largo. Durante el estado de larva, la Nematostella es presa de peces grandes pero una vez madura, se convierte en depredador de camarones y pequeños peces con sus tentáculos venenosos.
El Dr. Moran descubrió que durante el estado de larva, las anémonas de mar producen un potente veneno que ocasiona que sus depredadores las escupan inmediatamente. Al crecer, su veneno se adapta a su nueva etapa de vida produciendo distintos tipos de toxinas más eficientes para cazar peces pequeños y camarones. Durante el curso de su vida, conforme la Nematostella se desplaza y cambia su dieta, adapta su veneno a su entorno y necesidades.
“Hasta ahora, la investigación en veneno se ha enfocado en las toxinas producidas por animales adultos. Sin embargo, al estudiar anémonas de mar desde el nacimiento, descubrimos que los animales tienen un arsenal de toxinas mucho más amplio de lo que pensábamos. Su veneno evoluciona para enfrentar las amenazas de los depredadores y lidiar con los cambiantes entornos acuáticos”, explicó el Dr. Yehu Moran.
Estos descubrimientos pueden impactar positivamente la producción de nuevos medicamentos y compuestos farmacológicos, así como la mejora de los existentes, y ayudarnos a entender y proteger ecosistemas marinos. Fundamentalmente, este estudio afirma los mecanismos básicos del Darwinismo: ¿cómo los animales se adaptan al cambiante mundo y hábitats? La Nematostella y su veneno mutante nos provee de una pista más.