33ª edición de la Escuela de Física del Instituto de Estudios Avanzados de la UHJ
Estimado Dr. Jaime Zabludovsky:
La posibilidad de asistir a una escuela de éste tipo es algo que uno siempre está buscando en su afán de avanzar y crecer en conocimiento, pues son escuelas muy especializadas donde llevan a los mejores profesores a dar los cursos y, por lo tanto, la calidad de las clases es muy buena y éstas están basadas en los temas más relevantes en la actualidad que competen a esa área en específico. En este caso, no fue la excepción.
Desde el primer día se mostró el interés de los profesores por responder cualquier duda que nos surgiera, tanto en las clases como en las sesiones de coffee-break. Personas tan importantes como el Dr. Dave Stevenson, el Dr. Dave Charbonneau, el Dr. Scott Tremaine y el Dr. Re’em Sari en el ámbito de los exoplanetas y la investigación de vanguardia sobre ellos, fueron parte del cuerpo académico que estuvo dándonos clase y resolviendo nuestras dudas.
Todos se mostraron muy amables y con mucha disposición de compartir su conocimiento.
En particular, me gustaría resaltar el trabajo que hizo el Dr. Re’em Sari, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, pues me dejó impactada en todos los aspectos. Él se dedicó a organizar localmente la escuela y todas las actividades extracurriculares. Es un excelente profesor y conferencista, un gran ser humano que nos procuró a todos los asistentes y un muy buen organizador. Me encantaría que él pudiera venir a México a impartir algún curso.
Las lecciones cubrieron bastante bien todos los campos sobre la investigación actual de exoplanetas; hubo otras que nos mostraron los retos que se vienen y las formas, herramientas y misiones espaciales que ayudarán a enfrentarlos. Además, los profesores se esmeraron en dar sus clases de una manera clara y tocar los puntos más importantes de cada tema.
Todos los participantes (alumnos) se mostraron muy comprometidos con los cursos, y los hubode muchas diferentes naciones, prácticamente de todo el mundo; esto enriqueció a la escuela porque da a conocer la manera en que razonamos, abordamos y trabajamos la ciencia en distintas partes del mundo. Fue muy buena idea eso de llevar los posters de nuestras investigaciones, pudimos conocer en qué se está trabajando y qué métodos utilizan, buscar
gente que esté relacionada con nuestra línea de investigación y formar lazos de cooperación para futuros proyectos. Siendo un circulo relativamente pequeño el que nos dedicamos a exoplanetas, es interesante saber que muchos ya conocen a tus asesores, que han escuchado de tu grupo o que se tienen amigos o colegas en común.
Este último aspecto me llenó de emoción, pues la ciencia en México requiere de este tipo de lazos de cooperación, que ya los tiene, pero que si se ampliara, podría avanzar mucho más rápido el desarrollo de la ciencia mexicana, presionando a las autoridades para que le brinde más apoyo. También es muy importante que en México estemos enterados de las innovaciones en la ciencia, sobretodo en las ramas en las que apenas estamos adentrándonos, como es el caso de los exoplanetas, así podemos entrar al campo con bases sólidas y haciendo ciencia de vanguardia a nivel mundial.
La ciudad de Jerusalén le da un gran bonus a la escuela, pues es una ciudad con tremenda cantidad de historia. Es una ciudad mágica, de contrastes muy fuertes debido a los choques culturales que ahí se han dado. Es imponente el pensar que en un territorio tan pequeño han sucedido hechos tan importantes que han cambiado el rumbo de la humanidad entera.
Asimismo, la conservación de Jerusalén antigua es un trabajo de admirar, pues la sociedad ha seguido avanzando y pese a los conflictos que han sucedido a lo largo de su historia, que no han sido pocos, se mantiene en muy buen estado la ciudad antigua.
Es fascinante que siendo un país joven han logrado mucho, su trabajo en ciencia y tecnología es admirado mundialmente. Afortunadamente han tenido el apoyo de la gran potencia del mundo, pero estoy segura que en mucho han contribuido las ganas de cada israelí que se esfuerza por sacar a su país adelante y romper los prejuicios en los que se tiene a Israel. Eso es algo que México le debe de aprender a ellos, las ganas de superarse y poner en una mejor
posición al país en todos los aspectos. Obviamente Israel no es perfecto, pero siento que va por buen camino.
Por último me gustaría agradecerle a todos los que hicieron posible mi asistencia a la escuela de invierno: a la Dra. Antígona Segura Peralta, mi asesora, y al Dr. Miguel Alcubierre por proponerme como candidata; a los Amigos Mexicanos de la Universidad Hebrea de Jerusalén por aceptarme como su candidata y por apoyarme desde el primer día hasta hoy en todo lo que necesité y resolverme todas las dudas que me surgieron; a la Universidad Hebrea de Jerusalén por aceptarme en la escuela; y a Banorte por haberme otorgado los recursos para asistir, hospedarme y disfrutar de ese interesante país.